Para Fernando y todos. Maravilloso cuento que seguramente Borges se inspiró en los relatos del sabio Chuang Tse y el Sueño de la mariposa.
“Revoloteaba alegremente; era una mariposa muy contenta de serlo. No sabía que era Chuang Tse. De repente despierta. Era Chuang Tse y se asombró de serlo. Ya no le era posible saber si era Chuang Tse que soñaba ser una mariposa, o era una mariposa que soñaba ser Chuang Tse.”
“Revoloteaba alegremente; era una mariposa muy contenta de serlo. No sabía que era Chuang Tse. De repente despierta. Era Chuang Tse y se asombró de serlo. Ya no le era posible saber si era Chuang Tse que soñaba ser una mariposa, o era una mariposa que soñaba ser Chuang Tse.”
Sinapsis: Las ruinas circulares de Jorge
Luis Borges
Un hombre
llega a las ruinas de un antiguo templo circular. Tiene un solo objetivo: crear
un ser humano a través del sueño e imponerlo a la realidad. Al principio el
hombre sueña que está en el centro de un anfiteatro de estudiantes a los cuales
les dicta lecciones. Elige un alumno y, después de darle lecciones
particulares, se maravilla de las habilidades del joven. Sin embargo, un día el
hombre se despierta y por muchas noches no puede dormir. Reconoce que su primer
intento ha sido un fracaso y decide buscar otro método de trabajo. Después de
un descanso y de observar varios ritos de purificación y adoración a los
dioses, el hombre se duerme y sueña con un corazón. Noches, días y años pasan y
el hombre crea a su hijo, pedazo por pedazo, con atención mayor a cada
minúsculo detalle. Finalmente el joven está completo, pero no habla y no se
incorpora; solo sueña. El hombre le ruega ayuda al dios del Fuego para darle vida
a su hijo y este consiente. El joven se despierta como un hombre de carne y
hueso y es enviado a otro templo. Solo el soñador y el dios del Fuego saben que
el hijo es una creación, un hombre soñado; no es un hombre real. Al pasar el
tiempo, el soñador escucha de otros hombres que hay un hombre en otro templo
que puede caminar por el fuego sin daño. El hombre sabe que este es su hijo y
se preocupa de la posibilidad que él se entere que no es un ser humano, sino
una proyección de otro. Se acerca de repente un gran fuego. El hombre acepta
que ha llegado su momento de morir y se acerca al fuego. Pasa por las llamas
sin dañarse, y en ese momento comprende que él también es una proyección, un
sueño de otro.
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